Los científicos han resuelto por fin el misterio del olfato de las arañas. Resulta que unas sensilas especiales (órganos sensoriales simples) situadas en las paredes de los poros de las patas ayudan al macho a reconocer las feromonas sexuales de las hembras. El estudio puso fin a una década de búsqueda de estas estructuras. Aunque las arañas existen desde hace unos 400 millones de años y son conocidas por su excelente sentido de la vibración y su buena vista, sus habilidades olfativas siguen siendo poco conocidas.
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La microscopía electrónica de barrido ayudó a los expertos a identificar miles de sensilas en las patas de los machos de la araña avispa (Argiope bruennichi). Estos órganos no se encontraron en las hembras ni en los juveniles.